martes, 16 de abril de 2013

¡Lobotomizados, despertad!



Usaron la muerte de Chávez para distraernos, con sus técnicas, sus pins, sus twits lograron una vez más una población lobotomizada en el país. Si, lobotomizada, porque sólo una situación de incapacidad mental terrible externa e inducida puede dar pie a las acciones fraticidas que se preparan. La noción del otro, que es el chavista, ha sido llevada a la categoría de los abstractos, una chusma vestida de rojo que no me deja hacer lo que gusto y por tanto es molesta, nefasta.

A cambio de una promesa llena de ecos que sugiere que podrán tener una vida chic, algunos han vestido el traje de la insania, olvidando que el pueblo chavista no es abstracto, no es un concepto lejano y enemigo sino que es la vecina, la hermana, la tía que ahora ha perdido su cualidad humana y el nexo afectivo, pues es tan sólo el enemigo.

Cuanto dolor se me zafa en esta línea! Cuanta impotencia saber de amigos golpeados por sus propios vecinos, por el señor que pedía la cola para el trabajo o la que iba los domingos a hacer la visita.

Su deseo de castigo revanchista no se agota porque es confuso su discurso en relación con sus actos, porque si ustedes creen en lo que les dice Capriles que fue el CNE, porqué atacan a los chavistas que les rodean, eso no es, una manera de admitir que esos dos puntos por encima de ustedes existen? 

Mi línea se torna dura al mismo tiempo porque ahora hay quienes sostienen incluso que Chávez fue un verdadero héroe y no entendieron ni papa y andan correteando a gente que su único defecto fue seguir desde antes, muchas veces desde siempre, a aquél que ustedes hoy dicen bueno.

Quizás valga pedirles un “poquito de por favor”, una mirada al espejo, lanzarles una pregunta que los sitúe en su calle y sus manos manchadas de sangre para siempre, o es que su odio contra el pueblo es tanto que anula cualquier sentimiento noble que les une con quién hasta hace unas horas fue su hermano o su vecino?

Creo que valdría la pena que algunos lean de nuevo la historia de Caín y Abel, que entiendan que no estamos pa’ jueguitos de indios y conquistadores, que en su condición de asalariados se han dejado convencer cual corderos que el lobo es vegetariano.

Porque si no fuera así, si todo fuera paz  y amor, cómo justifican ustedes la salida del país de las familias de sus héroes que nunca llegan al lugar, que siempre se mantienen desde la torre de control.

A esta hora, 10.51 am, a siete muertos a nivel nacional, a once CDIS atacados en el Zulia, a un compañero caído en la avenida el Milagro, tres amigos han sido víctimas de violencia simbólica tremenda y una que cada vez roza más lo físico. A esta hora seguimos de pie, en calma, leyendo, escribiendo, esperando que mientras sus jefes se calman ustedes recuerden que son pueblo y siempre es así, los muertos los pone el pueblo.

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