sábado, 31 de agosto de 2013

Para Estefania

"Crecer y ser adultas es una estafa"
Estefania

Sólo queríamos paz
Pero la paz era el amor romántico
Era el beso de Ingrid Bergman
Era el regreso puntual del Profesor Jirafales
Era la obsesión de Candy Candy.

Sólo queríamos paz
Pero necesitábamos glorias
La posibilidad de escoger
La altura de tacones,
Lo estrecho de las faldas,
El paragua negro para la lluvia.

Sólo queríamos paz
Pero la paz era querer
Lo que otras tenían
Pero como nosotras queríamos.

Sin agendas paralelas
Con flores y café
Con un “me moriría por ti
Al menos un día
Por toda la vida”.

Sólo queríamos paz
Pero tan sólo estábamos más solas,
Enhorabuena con las abuelas
Con su cruz del matrimonio
Su lectura de Santa Teresa,
Su falda y sus labiales.

Sólo queríamos paz

Y ya no teníamos ni guerras.

Bis in Idem

Recaer.
Andar en el aire dando manotazos.
Perder el arnés de la razón y jugar.

Jugarse la vida porque vuelvas
Y los colores anden libres
Chispeando el lienzo.

Recaer.
Perder momentáneamente la perspectiva
Perder el sentido del tiempo
Quererte querer como se quieren los vicios.

Sujetarme
De parpadeos, de cambios de luces.
De señales que podrías ir atajando.

Recaer.
Llorar hasta dormir y dormir hasta llorar.
El mismo amor y la misma distancia,
La misma cobardía,
Los instantes puntiagudos de las condenas,
No olvidarte,
No tenerte,
No olvidarte.

Sobrevivir


El arte de sobrevivir
Sin que la vida sea
Abandono o engaño,
Sin sentir celos del agua
Que pasa plácida, ligera
Aunque rodeada por piedras.

El arte de sobrevivir
Sin que baste el medio vivir,
Sin odiar a la muerte,
Sin querer morir.

El arte de sobrevivir
Mis propias inquisiciones
Mis propias derrotas…

El arte de sobrevivir
Y seguir siendo la niña
Con la camisa rota,
La abogada de Plaza en Plaza,
Los fragmentos de un yo
Que entiendo esencia.

Sobrevivir, sin necesitar besos
Sin abrazo que sane ni amistad que cure.

Sobrevivir para cantar versos.

Sobrevivir para dejar de odiar
Mi cuerpo.

Sin sentir envidia del desplazamiento
Rápido y discreto de los gases,
Sin sentir…

Sobrevivir sin cuestionar si fue mejor
La vida agreste de los abuelos.

El arte de sobrevivir sabiéndose condenada,
El arte…
El sobrevivir.

Los puntos suspensivos,
El no volviste
El no morí,
El botón de la camisa
El té y la risa
El libro y el cáncer
El cáncer.

El cáncer y el calendario
El calendario y el dolor
El dolor y la rutina.

Cortázar y la rayuela
La infancia y el avioncito
El cucú de la casa
El teléfono gris y la infancia.

Ascenso y descenso,
Un listado de pendejos…

Sobrevivida
Sobre la vida.

El deber de resistir
Como resisten
Los que  hartos de sufrir
No han muerto.








jueves, 15 de agosto de 2013

Por nuestros tiempos



Esa tarde mi papá me dijo
“Chávez le quedó muy grande a Venezuela”

 ¿pues entonces cuál será nuestro momento
de dar la talla?

Venimos de los gritos
De los que se negaron a entregar
La tierra que hizo de ellos
Hombres de maíz,
Hombres sin tuberculosis
Hombres sin la sed del oro
Que rompe, hiere y harta montañas.

Venimos del grito profundo
Que fue traicionado, hace cincuenta y cinco años
Y un cúmulo de meses
Aquel con el que Caracas demostró que la gente
Puede tumbar dictadores.

Hace cincuenta y cinco años
Que nos explicaron que si se entregan
Los recursos, los imperios pueden blanquear
Los cuellos de quienes condenan a la persecución
De los que condenan a la muerte sumaria,
al olvido.

Hace poco tiempo que aprendimos sus nombres
Livia Gouverneur, Chema Saher,
Fabricio, Fabricio Ojeda.
Calles de tierra que iban montañas adentro
Que fueron silenciadas por operaciones presuntamente
patriotas de muerte al guerrillero
que aun no terminan de devolvernos
a los que alejaron de los cerros,

¿desde que mar, desde que cuesta
gritará presente el gran Víctor Soto Rojas?

¿desde qué desgracia, desde cuál dolor
volverá para ser luz Jorge Rodríguez?

¿desde que voz hablarán los que dejaron
medio muertos?

¿Pero cuántos pasarían la encuesta
Cuantos podrían después del discurso
Retener su nombre, seguir su ejemplo?

Fue por Hugo Chávez que recordamos
Que en las calles de Caracas se cubrió
Un pueblo bañado de desgracia del manto
De la necesidad y decisión de liberarse.

Veinticuatro años –apenas- desde el Caracazo
Un nombre, un evento, de la lista de los fenómenos
De los comandados por un “dispare primero y averigüe después”
Que habían sido impuestos.

¿y quién contará de Carupano
quién contará de Cantaura
quién recordará el Amparo
y tantos silencios impuestos a balas?

¿Pero cuántos se acuerdan?
Esos olvidos inconscientes nos fueron dirigidos
Desde las pedagogías para la opresión “a ver,
Memorice: 19 de abril, 5 de julio, 24 de julio, 17 de diciembre”

¡Con suerte esto le ayudará a planificar vacaciones!
Pues de adentro no le mostraron ni causas
Ni necesidades, ni renovaciones.

¿Y quién escribirá para nuestros niños nuestros libros?
¿Qué le contaran de estos tiempos?
Del hambre temible de una madrugada de abril
De las ollas vacías de un diciembre
De la gloria de la dignidad de un agosto
Del mas nefasto de los diciembres
Del mas triste de los marzos
Del mas facista de los abriles.

…¿y qué le contaremos a nuestros hijos
Que no sea que se nos fueron los tiempos
Que nos confudieron sus “con dólar, sin dólar”
Sus promesas de tiempos más tranquilos

Porque donde el mal gobierna toda esperanza es quimera.

…¿y qué otra cosa contar sino seguir andando
Sin vendernos por un seis y algo que está el cambio
Sin dejarnos morder las ganas de que lo que nunca
Tuvimos y que siempre nos han trazado
Sea lo que nosotros finalmente dejemos?

Para que la vida sea un instante. Poema para Jacqui




Para que la vida sea un instante
Hay que evitar vivir en el espanto,
En el sistema de los espantados
Y de los espantadores,
De los que venden el alma por una locha
Y los que en vez de alma tienen lochas.

Para que la vida sea un instante
Hay que evitar vivir en la paranoia
De la teoría de la conspiración
Y atreverse a la rebeldía de la acción.

Para que la vida sea un instante
No hay que juzgar el silencio
No hay que vomitar palabras
No hay que aprender catecismos,
Hay que tomar los zapatos y echar a andar.

Para que la vida sea un instante
Vale la pena mearse los protocolos
Darse el tiempo de hacerse amigo
Del más extraño de los seres,
Del mas odioso de los todos,
Del que nunca claudica ni abandona,
De ese que vive en el saco que te duele
Que te molesta y que te irrita.

Para que la vida sea un instante
Hacerse amigo de uno mismo
Y amigo de aquellos que son amigos
Del saco pesado que somos.

Para que la vida sea un instante
Contestarle a las amarguras y a los amargos
Bebiendo con la risa un tango
Bailando con la boca una sonrisa

Para que la vida sea un instante
Amarse y darse a los que más uno
Ha amado.

lunes, 5 de agosto de 2013

Desvelo



Con el corazón desvelado
He pasado la noche en plena batalla
El dolor de pensar que algo le duela
La esperanza de sentir que no dolerá
La calmada búsqueda de mi sonrisa
El agite de sentir que necesito paz.

Con el corazón desvelado
Tengo el alma vestida de blanco
Tengo el rostro coloreado de espanto
Tengo la palabra muerta
El estomago en ardores y llantos
La noche sostenida de pastillas
La calma herida en resistencia.

Con el corazón desvelado
Me han atacado todos los recuerdos
La mano sujetando la barba
La barba rozando mi cara
La cara de ser la hija de mi padre
Mi padre siendo siempre el que gana mis combates.

Con el corazón desvelado
Pido a gritos consuelo y fuerza.

Esperanza.
Calma.
Parches contra la agonía de la espera.