viernes, 28 de junio de 2013

Crítica a la abogacía


La filosofía jurídica siempre me ha perseguido. Creo que fue una maldición que me eché cuando aburrida hasta dormirme, pensando en Derecho Mercantil contesté en clases que el ius naturalismo era tan sólo una cuerda de principios. Creo, que como pichona de abogada fui profundamente positivista. Luego vino la filosofía en la Maestría con los discursos de un kelseniano en Francia y el doctorado con su Cossio endémico, post datado y descontextualizado en las palabras de un escenario que miraba el reloj sufriendo. Pero luego, apenas con un pie en los mundos reales de lo jurídico volvía con una necesidad loca a libros de filosofía que se tornaron en pañuelos para llorar el desdén con el que un juez dictaba sentencia en hojas amarillas  manchadas por el paso de billetes y favores, y, luego, sin temor, ni ganas se escribían leyes muy revolucionarias cargadas de errores y de oscuridades, como hechas a la medida para que nadie las aplicara.

¿En qué momento empieza el problema?, ¿un abogado de izquierda, un abogado que sienta es un error del sistema?, ¿cuánto falta para poder hacer de las ciencias jurídicas un sistema de pensamiento?, ¿cómo trascender nuestro gremio del pensamiento pop de la improvisación?, ¿cuándo los derechos serán del pueblo? ¿cómo se hará el pueblo legislador? ¿alguien ha pensado que escribir leyes pretendidamente de izquierda en un sistema de principios y estructuras de derecha es arar en el mar?, ¿hasta cuándo el discurso y cuándo la acción de unirnos como una escuela capaz de ser y crear derecho en el más amplio y sencillo de sus significados?

¡Cuan frustrante es a veces el sistema de descubrir cosas que otros han visto también! La escuela de derecho no enseña a litigar, no enseña a sentenciar, no enseña a legislar. Es una especie de estructura ideológica para la desmovilización permanente.

Un abogado nacido en este sistema no es más que un estafador con traje. Un ave de rapiña en la puerta de un tribunal. Un juez es el primo del dolor que llegó para su suerte y para la desgracia del otro. Un abogado en la Asamblea Nacional es una puerta de contención del proceso de liberación.
Si una se presenta y dice, hagamos el intento de seguir a Fuller, no seamos recetarios de problemas sino camino de soluciones, la cabeza les da vuelta y los ojos se eclipsan, encontrarán una sentencia del año de la invasión española que demostrarán que lo que pretendes, que puede ser un reglamento de asfaltado de calles, es contra natura.

Es entonces cuando, las aventuras del perro azul pasan a la lectura debajo del escritorio dando vueltas elípticas para intentar hacer algo, mal de todos los siglos los abogados tienen una asombrosa capacidad –ni se extinguen ni evolucionan- sólo siguen repartiendo tristezas, quizás es entonces cuando, una entiende aquella odiosa frase del abuelo “si hay dos cosas que no se le niegan a nadie es el vaso de agua y el título de abogado”.

Pero qué se hace entonces con las ganas de huir, no del trabajo, no de la ciudad sino de la profesión. Con esa frase que guardo de alguna conversación “usted es para ser abogada una poeta y para ser una poeta una abogada” pero no es un tema de bellezas, es un tema de esperanzas eclipsadas en muros de la vagancia.

¿o de la dominación? ¿somos acaso el impuesto que le cobró la Corona ad perpetuam a la República? ¿somos los verdugos que no nos presentamos a degollar a nadie? ¿Y si eso somos, que fuerza maligna nos hizo así?

Si es más fácil que un elefante pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre al cielo, parece que esto es más fácil que despertar la sensibilidad de un abogado y es entonces cuando, de lo general a lo particular, la pregunta roza ¿cómo sobrevir?

lunes, 17 de junio de 2013

A Desalambrar. Universidades


La educación es uno de los derechos donde los balances sociales y jurídicos nos develan una mayor evolución. Así, desde la importancia de las Universidades en el texto fundamental hasta la garantía de la universalidad y de la gratuidad, el Derecho le ha dado una fuerza que ha llevado a la creación de programas reinventados en Misiones y apoyados en leyes, que han logrado que Venezuela no sólo supere los estándares internacionales sino que llegue mas allá de lo proyectado en las Metas del Milenio y en las proyecciones de las organizaciones regionales y universales.

Pero desde que llegó el Comandante Chávez las Universidades autónomas, viejas casas de ejemplares luchas, han olvidado el contenido del artículo segundo de la ley que les rige: el ser la casa de las ideas y han ido tomando cada vez con más furia posturas antinacionales, antitéticas y antijurídicas.

Aclaro mi propósito, no es que los Profesores y alumnos no tengan derechos. Los tienen y ameritan por tanto las mejoras progresivas que han ido teniendo todas las personas, pero este derecho no les llega hasta la capacidad de violarle los derechos a otro.

Esto porque como Benito Juárez decía, el respeto a los derechos ajenos es la paz y en el marco del derecho que les aplica no pueden tomar decisiones políticas que nieguen la existencia de las otras corrientes del pensamiento en sus claustros, ni obligar a los estudiantes a asistir a “clases” dentro de los espacios y actos de protestas, ni omitir el servicio mínimo que le corresponde prestar al sumarse a una huelga.

De todos los supuestos, el que se viene presentando en algunas universidades, como la del Zulia en la que Profesores han llamado a estudiantes a acudir en sus horas de clases a la sede donde se acumulan los manifestantes es una acción contraria a libertades individuales y colectivas supremas, por lo cual, ha de ser políticamente criticada y judicialmente reclamada.

Es allí donde una cae en la fibra de la indignación pues ligada como siempre he estado a la Universidad y viendo que el sector universitario cuenta con un Ministro, universitario y eficiente, al que no le han dejado si quiera entrar al ejercicio de su cargo recuerdo los tiempos de mi infancia marcada por las huelgas de los sin cupo y los meses en los que a las Universidades no se les pagaba.

¿Qué es la Universidad? ¿Qué espacio necesitamos para la producción de profesionales para la liberación? ¿Qué pedagogía superará los vicios de una cultura dominada y deprimida? ¿Qué vínculo mantiene la Universidad con la comunidad? Estas son preguntas que la derecha intenta condenar al olvido, incluso cuando algunas en el pasado ya habían sido consideradas.

Caracas
@anicrisbracho
Este artículo NO salió en el Correo del Orinoco del sábado-

viernes, 14 de junio de 2013

Mi carta de amor a Chávez

En uno de esos días donde una recuerda a Chávez con los ojos mojados me viene un cuento que tuve el privilegio de vivir para contárselo a mis nietos. Pues esa vez que me dio la vida el privilegio de estar a una cabeza de distancia de mi Chávez, la Casa Militar -que es la estructura de Seguridad que sigue al Presidente- pasó pocos minutos antes y preguntó si alguien tenía algo que decirle o pedirle al Comandante podía hacerlo en una cartita.

Algunos llegaron con unas pesadas carpetas llenas de solicitudes y datos, yo, en total improvisación arranqué con los amigos una hojita de cuaderno, nos miramos todos las caras y nos preguntamos que podíamos nosotros querer decirle a Chávez y así fue como escribimos en papel arrugado y  un poco sucio un “Pa’ lante Comandante, cuenta con nosotros, te amamos”, nota a la que añadimos nombres y teléfonos antes de lanzarla sobre las cabezas a los militares que andaban en su faena.

Mayúscula sorpresa fue que un par de semanas después llamasen del Despacho de la Presidencia y nos dijeran “vemos que le ama pero qué le pide al Presidente” quizás allí he debido contestar “la eternidad”.

lunes, 10 de junio de 2013

Glosario de términos de pueblos y comunidades indígenas

El uso correcto de estos vocablos, términos y conceptos de pueblos y comunidades indígenas, nos permite actualizar y/o corregir prejuicios culturales y errores lingüísticos comunes 
Periodista:Ángel Cristóbal
Fotografo: Wiston Bravo 
 
El proceso de reivindicación de las comunidades indígenas que se vive en la actualidad, se vio impulsado, desde la incorporación de los pueblos de originarios, sus derechos y deberes en la Constitución Bolivariana de 1999; con igual valor e importancia en el acervo cultural nacional, y por primera vez en la historia venezolana.

En este proceso de conformación de lo que se llama “la venezolanidad”, reconocer constitucionalmente que somos un pueblo multiétnico y pluricultural, fue el primero de una serie de avances en materia de dignificación formal del componente indígena y africano, que fue soslayado de nuestras raíces por imposición del europeo dominador.

Cuando vemos el hilo histórico político venezolano, notamos que los pueblos indígenas, por ser originarios de estas tierras, fueron los primeros en enfrentar a los colonizadores; y le siguieron las rebeliones de africanos y descendientes de éstos contra el mismo imperio español; lucha que consolidan Bolívar, Miranda y todos los libertadores.

Con estos antecedentes, y la existencia incluso de un gabinete dedicado especialmente a los asuntos indígenas; es pertinente que periodistas y comunicadores (as) sociales conozcamos el uso correcto de vocablos, y conceptos -según aportes del Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas-, que nos permitirá actualizar y/o corregir errores culturales y lingüísticos comunes.

Ancestralidad: Es el vínculo cultural que por derecho de los antepasados equivale a la herencia histórica que se transfiere de generación en generación en los pueblos y comunidades indígenas.

Autoridades legítimas: Personas o instancias colectivas que uno o varios pueblos o comunidades indígenas designen o establezcan de acuerdo con su organización social y política, y para las funciones que éstos definen de acuerdo con sus costumbres y tradiciones.

Comunidades indígenas: Son grupos humanos formados por familias indígenas asociadas entre sí, pertenecientes a uno o más pueblos indígenas, que están ubicadas en determinados espacios geográficos y organizados según las pautas culturales propias de cada pueblo.

Derecho consuetudinario: llamado también derecho tradicional o costumbre jurídica para otros, no es más que el conjunto de normas de tipo tradicional con valor cultural, no escritas ni codificadas, que están perpetradas en el tiempo y que son transmitidas oralmente por los miembros de una comunidad para luego ser reconocidas y compartidas por el grupo social, como es el caso de los pueblos indígenas.

Hábitat indígena: Comprende el suelo, el agua, el aire, la flora, la fauna y en general todos aquellos recursos materiales e inmateriales necesarios para garantizar la vida y desarrollo de los pueblos y comunidades indígenas.

Indígena: Es toda persona descendiente de un pueblo indígena, que habita en el espacio geográfico, y que mantiene la identidad cultural, social y económica de su pueblo o comunidad, se reconoce a sí misma como tal y es reconocida por su pueblo y comunidad, aunque adopte elementos de otras culturas.

Instituciones propias: Son aquellas instancias que forman parte de la organización propia de los pueblos y comunidades indígenas, las cuales por su carácter tradicional dentro de estos pueblos y comunidades, son representativas del colectivo.

Integridad cultural: Es el conjunto armónico de todas las creencias, costumbres, modos de conducta, valores y toda manifestación social, familiar, espiritual, económica y política de los pueblos y comunidades indígenas, que le permiten identificarse a sí mismos y diferenciarse entre sí y de los demás.

Medicina tradicional indígena: Conjunto de conocimientos de biodiversidad, así como las prácticas, ideas, creencias y procedimientos relativos a las enfermedades físicas, mentales o desequilibrios sociales de un pueblo y comunidad indígena determinado. Este conjunto de conocimientos explican la etiología y los procedimientos de diagnóstico, pronóstico, curación.

Medicina alopática: Medicina convencional. Es la ciencia que busca prevenir, tratar y curar las enfermedades mediante el uso de fármacos, ataca sólo las consecuencias, nunca las causas.

Medicina holística: Abarca un conjunto de técnicas de diagnóstico y de medidas orientadas a la prevención y tratamiento de las enfermedades empleando recursos que refuerzan la tendencia autocurativa de nuestra naturaleza.

Morbilidad: Del latín "morbus", enfermedad, es la cantidad de individuos que son considerados enfermos o que son víctimas de enfermedad en un espacio y tiempo determinados.

Pueblos nómadas: Del latín nomas, el término nómada permite hacer referencia a aquel que va de un lugar a otro sin establecer una residencia fija.

Organización propia: Consiste en la forma de organización y estructura político-social que cada pueblo y comunidad indígena se da a sí misma, de acuerdo con sus necesidades y expectativas y según sus tradiciones y costumbres.

Prácticas económicas tradicionales: Aquellas realizadas por los pueblos y comunidades indígenas dentro de su hábitat y tierras, de acuerdo con sus necesidades y sus patrones culturales propios, que comprenden sus técnicas y procedimientos de producción, distribución y consumo de bienes y servicios.Pueblos Indígenas: Son grupos humanos descendientes de los pueblos originarios que habitan en el espacio geográfico que corresponde al territorio nacional, de conformidad con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las leyes, que se reconocen a sí mismos como tales.

Propiedad colectiva indígena: Es el derecho de cada pueblo y comunidad indígena de usar, gozar, disfrutar y administrar un bien material o inmaterial, cuya titularidad pertenece de forma absoluta e indivisible a todos y cada uno de sus miembros, a los fines de preservar y desarrollar la integridad física y cultural de las presentes y futuras generaciones.

Sedentarismo: El sedentarismo es la forma más reciente de población humana en la cual una sociedad deja de ser nómada para establecerse de manera definitiva en una localidad determinada a la que considera como suya.

Tierras indígenas: Comprenden los espacios terrestres, las áreas de cultivo, caza, pesca, recolección, pastoreo, asentamientos, caminos tradicionales, lugares sagrados e históricos y otras áreas que hayan ocupado ancestral o tradicionalmente y que son necesarias para garantizar y desarrollar sus formas específicas de vida.

Tradicionalidad: Consiste en las formas o prácticas de usos y ocupación de tierras, que corresponde a los patrones culturales propios de cada pueblo y comunidad indígena, sin que se requiera una continuidad en el tiempo o en el espacio y respeto a sus posibilidades innovadoras.

Vulnerabilidad: Se entiende por grupo vulnerable aquel que en virtud de su género, raza, condición económica, social, laboral, cultural, étnica, lingüística, cronológica y funcional han sufrido la omisión, precariedad o discriminación en la regulación de su situación por parte del legislador federal o local del orden jurídico nacional.

viernes, 7 de junio de 2013

Con F de feminismo


Blanca y chiquita pero intentando ser feliz....
Confieso que la primera vez que la vi mi pequeña estatura, la palidez de mi piel, lo redonda de mi cara se sintieron incomodadas. Era una sílfide a la que le sobraban centímetros para pasarme en su rutilante color canela, su pelo indio hasta la cintura y sus formas propias del Miss Venezuela. Éramos en ese encuentro ella y yo, presas de los estereotipos. 

Con el tiempo, con los pasos en los que nos acercaron la descubrí presa de su propio cuerpo, como si su belleza le hubiese jugado una mano a la mala suerte…

Del tórrido romance al escarnio público a una crisis de autoestima burbujeante, ella, tan físicamente perfecta estaba rota hasta los huesos, herida hasta la médula, llorosa como los ríos. Con el tiempo, mi primer encuentro se transformó, no había duda alguna de que vivía tan presa de la violencia como aquella que temblando me decía “me pasó el cuchillo, me lo pasó”. –“me dicen que no es verdad porque no grité, porque no tengo morados los brazos pero si me movía me mataba, me mataba…

Es cierto que yo misma no estaba para el ejemplo del manual, todas compartíamos los pesos de una sociedad patriarcal que se vestía de imágenes, de seducciones y ficciones para escupir recordatorios que “éramos matriarcales, matrilineales, caballerosas sociedades…”

Todo explotaba con intensidades y en momentos distintos pero era lo mismo, el padre desdichado que sufría tener que ser un tanto –o un mucho- mas presente que lo que le “toca” a los hombres, la muchacha que sufría el quirófano y la divorciada que juraba no quererle y sólo llegaba a no quererle querer.

Pero entonces, en este momento tan presas de ser el segundo género, la que se golpea y aguanta, la que la televisión le ordenó someterse al bisturí como un cincel, la que no ascendía , la que tenía que conformarse con acumular fantasías sexuales al portador y yo misma, martirizada por el coche que no arrastro, el hombre que no es, el matrimonio que no ha sido, todavía decir la palabra feminismo era pecar.

Era pecar porque entre todos los vivos a las mujeres se le aclaró que su lugar no era leer ni hacer, era llorar por la desgraciada de la novela y desgraciarse con ella. Era pecar porque a falta de lecturas nos convencieron de otras tantas cosas, como que las feministas guardan al cinto, quizás cerca de los senos, un puñal.

Quizás el puñal le solucionaría el pelo que pierde María o las horas que llora Eli o las visitas al quirófano a Naza pero la verdad, nadie andaba en plan carnicero, estábamos en la hoja de gritar que teníamos catalejos para ver lo que se invisibilizaba en la normalidad.

Todo es cultura y la cultura es biología. (Ah ok), una cosa tan descabellada como esta es mi traducción de tantas imágenes, sombras y siluetas que se desprenden del todo justificar.
Pero a la hora que es, ni ella, ni yo, hemos rozado la sororidad.

Yo tuve un hermano (del gigante Cortazar al gigante Guevara)

No nos vimos nunca pero no importaba.
Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.

No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.

A mi Comandante


Amo un hombre que dormido
Sigue luchando, luchando con las voces
Interiores que dejó sembradas,
Recorriendo los campos con pies descalzos
Llamando a la risa en medio de dibujos de dramas
Llamando a la memoria en medio de ilustres tratadistas
Del olvido y la vergüenza,
Amo a un hombre que dormido
Sigue amando.