martes, 1 de julio de 2014

[Jurídico] El Derecho y el Neocolonialismo: apuntes para leer injusticias.




El neoliberalismo es una práctica perversa. Vestida de humo de progreso desdibuja el mundo que conocemos imponiendo el knock out de las soberanías y de los particularismos. El neoliberalismo imprime tratados sobre Derechos Humanos en papel glasé mientras dibuja un sistema jurídico cuyo esqueleto es la negación de la existencia –y dignidad- de todos los que no se encuentran en su centro.
Si con esta idea pudiera abrir cualquier intento de denunciar cómo el derecho cambió en las normas mientras seguíamos leyéndolo en los Tratados mi interés del día de hoy mira tres fenómenos. Todos son en nuestra América.

a)    Los Derechos Humanos como embudo.


El 26 de junio de cada año es el día internacional contra la Tortura, los otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes. Este es el momento en el que llueven los informes sobre el tema.


La tortura es una de las prácticas que buscan publicitar como propias de los Estados que “deben ser castigados” y este es uno de los frentes de ataque que desde Febrero se han hecho incesantes contra la República Bolivariana de Venezuela. Al respecto, debe admitirse en Venezuela existen casos de cosas mal llevadas pero, en la misma silla se sientan todos los Estados: Francia, China, México, etc., tan sólo que cuando se denuncia al Sur el tema se trata en altavoz.


Ahora, pongámonos quisquillosos. Parte de nuestros países han hecho el esfuerzo de intentar cambiar las cosas: Constituciones nuevas, legislaciones modernizadas, cumbres y encuentros son algunos de los haberes a favor de superar estas cosas pero esto no es un fenómeno universal.


Porque mientras que nuestros países son cada vez más denunciados por la realidad penitenciaria, otros países, teniendo todos los recursos cuya inexistencia entre nosotros, ha favorecido que las condiciones no se ajusten a los criterios de la dignidad, ni las fuerzas policiales a los niveles de profesionalización, se han encargado de dar saltos agigantados hacia el pasado.

Este es el caso de los Estados Unidos, donde,
“La ley de Bush establece que “será legal la detención de una persona por tiempo indefinido y sin presentación de cargos, será legal el uso de pruebas obtenidas mediante coerción y serán legales prácticas de interrogatorio como la privación de sueño por períodos prolongados o exponer a los interrogados a bajas temperaturas” (La Jornada, 29/9). La ley hasta desconoce las reglas “elementales” de la Cuarta Convención de Ginebra (1949), que los imperialistas diseñaron para sus guerras, que contiene el tratamiento de prisioneros de guerra. La misma da luz verde a métodos “no convencionales” (tortura) de prisioneros “terroristas” y le da la ventaja de mantener en secreto estas prácticas “para proteger” a los agentes de la CIA y el ejército yanqui. La ley niega el derecho de hábeas corpus, y deja en una nebulosa lo que es un trato “inhumano y cruel” hacia los interrogados.”[1]

Así las cosas, de la lógica imperial se observa un fenómeno que va ramificándose en varias materias. Uno de ellos es el tema de la condena del trabajo infantil en la periferia sin cuestionamientos claros que miren la construcción de un sistema económico que favorece y hace permanecer estas prácticas.

Al día de hoy en el discurso más ampliamente difundido vemos frases como el compromiso de los Estados a favor de los Derechos Humanos, y, sobre ellos caen –cuando conviene- huracanes de críticas dejando de lado algunos de los fenómenos como los dos siguientes que evidencian que el problema no está en si los Estados respetan o no la norma: el problema es la médula del sistema que más que liberar condena.


b)    El descarado caso de los Fondos buitres contra Argentina


El caso de los Fondos Buitres contra la Argentina si puede ser catalogado como algo, ha de ser de infamia jurídica. Todo el asunto es pestilente desde la práctica hasta el derecho que le aplica. Una lectura que no vaya más allá de las definiciones nos demostrará que este tipo de prácticas que se leen más bonitas bajo la apelación de fondo de situaciones especiales son un macabro mecanismo.


Aquello porque la situación especial no es de quien compra, como sería la lógica en la mayor parte de nuestras legislaciones civiles y mercantiles, donde, para la adquisición de bienes de primera necesidad se establecen subsidios, fideicomisos y otras formas de apoyo sino de quien vende, o, a quien se le arrebata lo poco que le quede.


Es un poco una imagen como la del mal hijo que espera impaciente en el lecho de muerte de la madre e incluso se adelanta a negociar sus cosas sin importarle si el dinero pudiera necesitarse para asuntos vitales y que luego de haberlo hecho regresa a pedir la herencia.
Porque cada Fondo Buitre es un juego de especulación: te compro por nada en el peor momento y después te pido el todo que por demás se alimentará de moras que ya puedo prever. Es una práctica con corbata y hablada en inglés de los usureros de los barrios que latigan cada quince pidiendo sus pagos con intereses infinitos.


Esto es curioso, por ser gentiles, porque para la gente común en la mayor parte de los países esta sería una acción condenable. En Venezuela por ejemplo, entraría en especulación y en usura y les serían aplicables las leyes de precios justos, las del acceso a bienes y servicios, entre otras. Por otro lado, muchos derechos civiles hablarían de que se ha configurado una lesión patrimonial y obligarían a devolver ese enriquecimiento desproporcionado e injusto pero, cuando el asunto se trata en la banca nada de esto es derecho y todo el resto es ganancia.


Pero esto es lo de menos. Un abogado o un economista saldría a explicar que las reglas del mundo financiero son otras, que hacer dinero es una empresa legítima y que no hay detrás más que un juego de bolsa. Pongamos que decimos que si pero entonces vemos otra cosa. Si esto fuere así, un juego de esos que se tienen los grandes ricos para pasar de las vacas flacas a las vacas gordas ¿cómo puede permitirse que el objeto de estos fondos sean deudas de los países?


El Cono Sur en la materia nos lleva bastante construcción teórica y denuncia judicial. Hace un par de años recuerdo leer cuestionamientos, en general, de la deuda externa porque esta suele ser, una deuda injusta. En todo caso es una camisa difícil de ponerse para los gobiernos que, necesitando dinero para satisfacer necesidades sociales se endeudan y luego les rematan, privatizando y considerando gastos lo social cuando la deuda es superior a su capacidad de pago.


Así, como denunciara Eduardo Galeano en  los mecanismos financieros internacionales se “confunde la fiebre con la enfermedad y la inflación con la crisis de las estructuras vigentes" y se  "impone a América Latina una política que agudiza los desequilibrios en lugar de aliviar los mismos.”


Ahora bien si esto vale en general, ¿qué decir sobre los fondos buitres en particular? Sin duda alguna equiparar un país en desarrollo con una empresa en quiebra es una infamia. Puesto que si puede ser más negocio para quien compra el pago luego de la totalidad + intereses + compensaciones es el desangramiento de los programas sociales y el robo continuado a los trabajadores.


No siendo esto bastante hay una cereza en el pastel: la jurisdicción que conoce los conflictos. Pues poco importa lo que el juez decida es injusto que el juez que decida se encuentre en el país de una de las partes, a las que tenderá a favorecer y que dispondrá de acciones a su favor mientras que la víctima es un "extranjero en el extranjero."


El tema de la jurisdicción (sistema de derecho y nacionalidad de los tribunales) debe denunciarse como una de las esposas invisibles que el neocolonialismo usa contra los países dominados. Pues en este tema no es que el derecho a la defensa sea una quimera sino que evidencia que para sus efectos más peso tiene un especulador que un Estado. Por ello, esto es la corroboración práctica de la inexistencia del principio de la igualdad jurídica de los Estados.


De allí que coincidamos con las declaraciones sobre el tema del Profesor Eduardo Barcesat (Argentina) quien para Telam sostuvo que a partir de las últimas decisiones del juez estadounidense Thomas Griesa "la situación de los fondos buitre compromete el derecho a la autodeterminación de los pueblos".[2]

c)     Ecuador y Chevron: ¿entre triunfo y distracción?

Admirable ha sido la campaña que el Ecuador ha librado porque el mundo preste atención a lo que ellos han denominado “la mano negra de Chevron”, una catástrofe ambiental que ha cobrado la vida de miles de personas y la salud de indeterminables víctimas. Su demanda pone en evidencia la misma situación: la desigualdad entre los derechos de los pueblos y los intereses de las trasnacionales.


En plena batalla por la justicia aparecen pasos en el marco del derecho de las Naciones Unidas en los que aparentemente se comenzará a debatir que no tan sólo los Estados violan los derechos humanos sino que, las trasnacionales también hacen lo suyo en este tema. Lamento no poder ver la idea sino como una estrategia de distracción que busca diluir lo que el Ecuador evidencia.


Esto es un sistema en el que no todos somos iguales, como lo ha dicho en algunas ocasiones la Unión Africana, en el mundo no tan sólo el Sur, Africa y América Latina violan los derechos humanos; ni somos los únicos que han tenido gobiernos irresponsables o sanguinarios.


Para mantenernos en ese estado, en el que liberarnos para siempre es imposible existen grandes juristas a la orden del sistema que han puesto estas trampas que hoy nos someten a una  debilidad jurídica que ha de denunciarse y que tan sólo se superará en acciones conjuntas que recuerden que nuestra liberación definitiva no sólo necesita una nueva diplomacia sino un nuevo derecho.

¿Qué jueces nos juzgan? ¿En la balanza cuanto pesan nuestros países? ¿Quiénes deciden que importa más? ¿No es evidente que ante los avances diplomáticos el neocolonialismo busca borrar los conceptos centrales para nuestra dignidad?

Estas, entre la lista de injusticias que se vienen presentando como casos aislados demuestran la ofensiva en todos los frentes y con todas las armas en contra del Continente Americano. Tiempo pues, de hacernos a estos temas…



[1] Estados Unidos legaliza la tortura. 05/10/2006 La Verdad Obrera Nº 207
[2] Para Barcesat, la situación de los fondos buitre compromete el derecho a la autodeterminación de la Argentina. http://www.telam.com.ar/notas/201406/69159-para-barcesat-la-situacion-de-los-fondos-buitre-compromete-el-derecho-a-la-autodeterminacion-de-la-argentina.html

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