jueves, 4 de abril de 2013

Pablo Neruda: La Campaña del odio.

Les hago llegar un Extracto del Discurso del 30 de mayo de 1945, de Pablo Neruda ante el Senado de Chile, en su condición de Escritor elegido Senador por los obreros. Su descripción de cómo atacaba el fascismo la democracia chilena, el tiempo de la liberación de los obreros "por todo Chile" como cantó Víctor Jara tiene elementos que creo nos llaman a debatir y a combatir para garantizarle a la Venezuela que nos dejó el Comandante Chávez un mejor destino que el que tuvo Chile donde mataron todas las flores para robarles la primera.


 Primer Discurso del Senador Neruda

“¿Es qué no constituimos una sola familia humana de colaboradores en una sola empresa que se llama la patria?
Y si esta empresa existe realmente, de tal manera que la tocamos todos los días, de manera más áspera o delicada, según nuestras vocaciones diferentes, ¿por qué no remediamos los males comunes y no enfrentamos en comunidad los comunes problemas?
Porque es un error creer que un interés particular o de clase pueda nutrirse a sí mismo, independientemente de otros intereses particulares o de clase. Todos están ligados de tal manera que solo falta poner justicia entre ellos para que la nación entera florezca en prosperidad y grandeza.
Pero no todos comprenden ni quieren comprender. Algo se opone a los caminos patrióticos que una inmensa mayoría quiere sentir.
En efecto, en estos últimos tiempos asistimos a una campaña profunda de desquiciamiento, de desconocimiento y de desprecio hacia nuestro pueblo. Mientras algunos tratan de enaltecer la patria en su raigambre más esencial, es decir, en el pueblo, vemos que otros, predicando desde un periodismo anacrónico, nos quieren hacer creer que en este país no hay esperanza, que los hombres, y en especial la clase obrera, son viciosos y perezosos y que no tenemos nada que conservar, ni siquiera la especie. Así se prepara desde adentro el debilitamiento interior que trajo a los nazis sus rápidos y sangrientos, y por suerte, pasajeros triunfos.
Desde diarios cuyo papel fabrican los obreros de Puente Alto, estos destructores de la fe civil, encerrados en confortables habitaciones, que quisiéramos multiplicar hasta que resguardaran a todos los chilenos, y que fueron construidas con cementos extraído con el duro trabajo de los obreros de El Melón, rodeados por artefactos fabricados o instalados por manos chilenas, después de beber el vino que desde los viñedos llevaron hasta la copa de cristal hecha por los obreros del sindicato Yungay, innumerables y anónimos trabajadores de nuestra propia estirpe, que también tejen la tela de nuestra ropa, manejan nuestros trenes, mueven nuestros navíos, conquistan el carbón, el salitre, los metales, riegan y cosechan, hasta darnos después de duro trabajo nocturno el pan de cada día, desde esos diarios cuyas linotipias han sido recién movidas por nuestros obreros, se denigra constantemente a este corazón activo y gigantesco de nuestra patria, que reparte la vida hasta todos sus miembros.
De esta manera atrabiliaria e irresponsable se están trasgrediendo las leyes políticas no escritas, se pretende llevar un sentimiento de indignidad nacional a todos los sectores, que transportado de boca en boca está provocando un derrotismo venenoso que salpica la fe y la fuerza de nuestro país. Una campaña de odio y agitación implacable es provocada por los sectores retrógrados, egoístas y codiciosos, por los estertores del fascismo agonizante. Si leemos cada día ciertos periódicos que se dicen portavoces del amor, del patriotismo y de la noble ideología cristiana, corremos el peligro de envenenarnos inconscientemente, porque destilan el odio más reconcentrado y deliberado, como antiguos reptiles de otras edades geológicas que hubieran, por milagro, subsistido, acumulando retraso, rencor y veneno por edades incalculables.”

Discursos ante el Senado
Soy un escritor elegido senador por los obreros
Editorial Ocean Sur 2012 (págs. 12-13)

1 comentario:

  1. Gracias por compartir tremendo discurso. nada lejos de la realidad de Venezuela. El odio no pasará.

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