Ellos
se desvivieron
Para
verte partir,
Se
vistieron tantas veces
De
santos para acusarte de diablo,
Se
mancharon las manos
Para
matar gente para poder tocarte.
Ellos
se asfixiaron
En
intentar callar tu voz
De
hombre bueno
Tu
risa de hombre libre
Tu
fuerza de lagos y ríos,
La
sabana de tu pensamiento.
Ellos
se equivocaron
Como
siempre se equivocan
Los
fascistas y realistas trasnochados
De
este continente,
Porque
sobre tu sueño
Nunca
se posará la muerte.
Sobre
tu cuerpo que viene
Caminando
tu Caracas
La
que liberaste
La
que sembraste de casas dignas
La
que llenaste de batas blancas
En
la que juraste que ningún soldado
Masacraría
este pueblo
Llueven
las hojas de un otoño fuera de tiempo
Mojan
las lágrimas de un pueblo valiente
Abundan
las consignas
Se
amontonan las banderas.
Sobre
la voz de trueno
Y
las mil veces que tocamos la diana
Y
la campaña porque hoy pudieras estar
Se
pinta la esperanza segura
De
que nunca te irás.
Comandante,
En
este corazón siempre latirá maisanta
Siempre
se rectificará hasta lograrlo
Patria
nueva para la gente buena.
Comandante,
Como
Neruda cantó
Ni
tu partida de girasol
Ni
el desgarro de ésta tarde
Detendrán
la belleza revolucionaria
La
esperanza libertaria
La
palabra que rompe lo que espanta.
Comandante,
El
cielo está lleno de redoblantes
Arriba
Bolívar y Martín ya saben que arriba
Y
Allende lo espera para siempre.
Comandante,
Esta
herida nos hará más jóvenes
Nos
borrarán los dolores
Y
seguiremos al frente,
Hoy
se escriben juramentos
Como
el de aquel samán de Guere,
Y
sobre esta hoja, en Caracas, capital
Sobre
la sombra que deja el eco de la voz de Nicolás
Sepa,
Que
nadie se rinde,
Nadie
se espanta.
Hasta
siempre y para siempre,
Amado
soldado de la esperanza
Este
abrazo va para usted y cálmese
Que
por ahora nos encargaremos nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario