¿Y
quién podía adivinar
Que
el tiempo nos cobraría la libertad?
La libertad de hacer el amor
O no hacerlo.
La libertad de quedar embarazada
O no hacerlo.
La libertad de decir el nombre completo
De ponerse tacones o no hacerlo.
La libertad de andar caminos
Con morrales y libretas
De sentarnos en la mesa y pedir
Fifty fifty caballero
Que la señorita se da por terca.
La libertad de exigir ser amada
Sin manual ni protocolo y amar
Los girasoles que bordean las ventanas
Las cumbres verdes que rodean el mar
De Aragua.
La libertad de tener el reloj en la maleta
Nos vamos a Canaima en un ida y vuelta.
La libertad de ser tan jodidamente una
Que la femineidad se sale por las esquinas
Por donde no cierra la maleta, por donde
gotea el vino.
La libertad que se defiende contra
El chantaje:
Es que tú no eres lo que se espera:
Sumisión,
orden y estiletos.
Es que tú no entiendes lo que se da:
Paciencia,
limpieza y tolerancia.
Es que tú no sabes lo que importa:
Familia,
receso y celos.
Es que, venida en contra,
Sigo optando por la libertad
Contra las amenazas y los miedos.
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