La monarquía
española está ante una crisis. Un sospechoso aire avisa que algunas cosas no
están sucediendo según la venturosa promesa del “fueron felices para siempre” quizás, porque en el mundo real las
monarquías no emanan de la valiente lucha del príncipe, ni de espadas sacadas
de piedras y esta salió de un dudoso acto dirigido por un Dictador.
Entonces, lo
que está pasando, detrás del reportaje para la revista Hola, es un pueblo que zigzaguea entre recortes económicos. Paradójicos
pueden resultar algunas realidades, pues al tiempo que el Rey rediseña su
familia y sus dispensas, un tribunal de instancia autoriza el desahucio de una
pareja sin hijos porque en su criterio, hombre y mujer solamente no son
familia.
Esa es la
España que reporta nuevas medidas anti inmigrantes cuando rompe records de
repatriaciones voluntarias y de españoles y españolas que juegan la suerte en
Inglaterra, Francia, África y América. Una, donde cada día pesa más la idea de
que el salario de las mayorías sea objeto de recortes cuando que mantener
infantas y empresarias acusadas de corrupción.
Por esa
España pasó esta semana el grito republicano que clama una sociedad de iguales,
al menos ante la ley y la política. Abriendo al pueblo español y al mundo a un
debate sobre qué es la República, porqué defenderla y cómo ganarla. Así, se
desviste como algo más que una categoría jurídica y se muestra como la única
forma en la que, como afirmaba Montesquieu, es el pueblo el que tiene el poder
soberano. Aquella formula sin privilegios eternos, de cláusulas de
responsabilidad y de amor por la ciudadanía, es
el espacio donde, manda el interés público y solo se atiende éste.
La República
como base cierta de la democracia y de la justicia despierta antiguas picazones
en los monarcas, los aristócratas y sus leales súbditos, quienes señalan que no
debe “descoserse lo que está cosido”
y citan, sin muchas explicaciones los pactos que, sobre la base de una
dictadura forjaron una Monarquía. Por eso, la Iglesia llama a la calma y a la
casa y Rajoy clama al respeto de la Constitución. Así las cosas, juegan roles
de roles, los que siempre han sabido defender, la dominación mientras que en
todas las esquinas de este mundo somos muchos los que esperamos ver a Antonio
Machado junto a García Lorca, renacer.
Caracas
@anicrisbracho
Este artículo apareció el lunes 09 de junio de 2014 en el Correo del Orinoco
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