lunes, 9 de junio de 2014

[A Desalambrar] República, República, República



La monarquía española está ante una crisis. Un sospechoso aire avisa que algunas cosas no están sucediendo según la venturosa promesa del “fueron felices para siempre” quizás, porque en el mundo real las monarquías no emanan de la valiente lucha del príncipe, ni de espadas sacadas de piedras y esta salió de un dudoso acto dirigido por un Dictador.

Entonces, lo que está pasando, detrás del reportaje para la revista Hola, es un pueblo que zigzaguea entre recortes económicos. Paradójicos pueden resultar algunas realidades, pues al tiempo que el Rey rediseña su familia y sus dispensas, un tribunal de instancia autoriza el desahucio de una pareja sin hijos porque en su criterio, hombre y mujer solamente no son familia.

Esa es la España que reporta nuevas medidas anti inmigrantes cuando rompe records de repatriaciones voluntarias y de españoles y españolas que juegan la suerte en Inglaterra, Francia, África y América. Una, donde cada día pesa más la idea de que el salario de las mayorías sea objeto de recortes cuando que mantener infantas y empresarias acusadas de corrupción.

Por esa España pasó esta semana el grito republicano que clama una sociedad de iguales, al menos ante la ley y la política. Abriendo al pueblo español y al mundo a un debate sobre qué es la República, porqué defenderla y cómo ganarla. Así, se desviste como algo más que una categoría jurídica y se muestra como la única forma en la que, como afirmaba Montesquieu, es el pueblo el que tiene el poder soberano. Aquella formula sin privilegios eternos, de cláusulas de responsabilidad y de amor por la ciudadanía, es  el espacio donde, manda el interés público y solo se atiende éste.

 La República como base cierta de la democracia y de la justicia despierta antiguas picazones en los monarcas, los aristócratas y sus leales súbditos, quienes señalan que no debe “descoserse lo que está cosido” y citan, sin muchas explicaciones los pactos que, sobre la base de una dictadura forjaron una Monarquía. Por eso, la Iglesia llama a la calma y a la casa y Rajoy clama al respeto de la Constitución. Así las cosas, juegan roles de roles, los que siempre han sabido defender, la dominación mientras que en todas las esquinas de este mundo somos muchos los que esperamos ver a Antonio Machado junto a García Lorca, renacer.

Caracas
@anicrisbracho 
Este artículo apareció el lunes 09 de junio de 2014 en el Correo del Orinoco

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