Pongamos las cosas sobre la mesa. No es
nuestro país el escenario donde se decide tener una vida, siendo mujer, sin
consecuencias. Al día siguiente que cumples los veintiséis te comienzan a echar
“agua caliente” es tiempo de salir corriendo a casarse. Son los veintiséis ganancia
sobre los dieciséis de las abuelas pero en esa década no nos agotamos a que
pasase el tiempo, construimos igual aspiraciones y sueños.
Puede que a usted, los veintiséis le
agarrasen soltera, solterísima o en una relación seriecísima, el drama será
convencer al que tiene al lado o buscarse uno que se deje convencer pero luego,
se verá en un plano reduccionista.
A quienes, habiendo gozado hasta los
veinticinco el panorama completo se verán en la afirmación “tienes que dejar lo que quieres para atenderlo”, “si tú sigues así te quedarás sola”, del “mira
que la mujer nace cuando se hace mamá”. La frase puede usted decorarla como pastel.
Pues parece que lo que no tenemos ninguna la capacidad de omitir ese deber de
casarse y si usted pasa por esta vereda impune, no se asuste, a los treinta la
atajaran con el “es mejor tener un chamo incluso sin papá”.
Pero puede que nosotras no seamos rebeldes
sin causas o nacidas por error. La verdad, conozco más de una historia que
pintaba matrimonio “de velo y corona” hasta los veintitrés o veinticinco pero
que se descubrió como “matrimonio de castración y fregona”
Entonces, puede que más que una me acompañe
en la gana de lanzarle a los interrogadores la frase “más vale soltera que mal
casada” o en fin, cualquier equivalente pero eso cierra tan sólo el
enfrentamiento puntual, no la obsesión general.
Esta vez no tengo ganas de entrar a un análisis
sociológico mayor de esta sociedad que se preocupa en martirizar a mujeres
perfectamente normales con protocolos anormales o no vale la pena citar que
somos el país de los embarazos precoces o de la violencia desmedida.
A las congéneres va un llamado a la calma
quizás a la larga ganemos la apuesta que me limito a retomar. A la próxima que me quieran igual o no me
quieran tanto, tendrán que quererme con todo y libertad.
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