A Desalambrar
En Bélgica
existen sistemas que regulan la economía. Esto no es una cosa sorprendente puesto
que hay en casi toda Europa cuerpos jurídicos que se denominan “derecho de la
competencia” y cuando miran a quienes demandan bienes, “derecho del consumo” o
“derecho de los consumidores”.
Es decir,
que en el capitalismo no suele
sorprender a nadie que haya que regular la actividad económica. Al punto que la
Comisión Europea propuso en el año 2010 un documento llamado Europa 2020, como guía para la recuperación del mercado
ante la crisis que se desarrolla desde el año 2008 y que estima que es la
existencia de una gobernanza fuerte lo que logrará superar el complejo
desbalance de la economía.
Al respecto,
los belgas, se rigen según lo dispuesto en la Ley del 22 de enero de 1945 sobre
la regulación económica y los precios, existiendo una Comisión para la
Regulación de los Precios cuyo estatus es fijado por el Rey. Para ellos, el
precio normal es la regla general. Es decir, que existen materias en las cuales
en la fijación del precio interviene el Ministerio de Economía y en todo caso,
existe la prohibición de vender a precios anormalmente altos. Correspondiendo
al Poder Judicial determinarlos en los casos concretos, tomando en
consideración el estado general del mercado, los costos de explotación y los
márgenes de ganancia.
De modo, que
los precios no se determinan libremente en función de los intereses de una sola
parte sino que existe un entramado normativo que tiende a normalizar el
mercado. Iguales ideas estructuran para el Reino Unido la fijación de costos de
las medicinas, que se da con un esquema que podemos simplificar diciendo:
respetando los máximos de ganancia pueden los laboratorios fijar los precios de
sus nuevos productos pero su entrada al mercado les obliga a bajar los precios
de su catalogo anterior, de modo de que la inversión y el avance tecnológico se
traduzca en ganancia sin que por ello se lastime infinitamente el patrimonio
del Estado (como garante de la red hospitalaria) ni de los particulares.
Ahora bien,
estos son simples ejemplos de países capitalistas, de modo que no creo que sean
el máximo al cual puede aspirarse en aras de la construcción de un Estado
social de Derecho que visa alcanzar el socialismo. Puesto que en nuestra
visión, el Estado tiene el deber de defensa de los vulnerables y de garantizar
el acceso universal a los derechos, desde la afirmación de la
corresponsabilidad.
De igual
forma, habrá que considerar que tradiciones culturales nos separan por mucho de
la austera economía familiar que suelen aplicar los europeos y que se tendrá
que tejer un sistema, de normas y valores, reflexiones y aspiraciones, que sean
cónsonas con entendernos como impulsando un comercio justo que dé respuestas a
las necesidades humanas y a las limitaciones ambientales.
@anicrisbracho
Caracas
Este artículo NO salió en el Correo del Orinoco
No hay comentarios:
Publicar un comentario