No nos
escasea la inteligencia para no dudar
Que nos
fuiste arrancado, quizás por la ciencia
Nefasta de
las bombas atómicas, de las gripes millonarias,
De las
operaciones de plomo fundido,
o la de la Bahía de los Cochinos.
O quizás por
nuestra propia maña de dejarlo todo
Para que tú
nos salvases con tu manía de ser
El mas
justiciero, constante y noble de los Zorros.
Así te
fuiste y antes de hacerlo,
Dejaste tu
firma rubricada en el alma,
Encima de
todas las hojas,
Señalando todos
los libros
Y recuerdo
que leí a Dussel oyéndote nombrarle
Y recuerdo
que leí a Galeano al oírte nombrarle
Y recuerdo
que leí a Zamora y a Sucre
Como aprendí
a mirar los pasitos que dejan
Los que no
tienen tiempo sino para trabajar
Y morir
siendo anónimos que borra el tiempo.
No nos
escasea la inteligencia para no dudar
Que de todos
los tiempos,
Vivir en el
mismo siglo, en las mismas décadas,
Habiendo
sido tu mano la que se nos hizo el hombro
Para pasar
de la infancia a la adultez queriendo
Los tres
colores en vuelo de la bandera,
La frente
siempre despierta y viva,
Tan viva que
calienta a los que la sueñan,
De nuestro
compañero Libertador.
No nos
escasea la inteligencia para dudar
Disculpa pues,
querido nuestro,
Si nos sobra
el dolor y a veces nos falta
El entendimiento.
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